Hay varías cosas que me atraen de la práctica del kayak, el deporte en si que es bastante divertido y técnico el cual supone superarse día a día, el contacto con la naturaleza en un medio acuático que un día te puedes encontrar en un bosque remoto, al otro en la desembocadura de un río o en la playa más paradisíaca y compartir todo ello con gente que disfruta haciendo lo mismo que tu.
El pasado sábado en la playa de Villarrube y promovido por los amigos de Quedayak se dieron cita todos estos factores y aunque por el lado deportivo no fue mi día, las tortillas de la comida y la camaradería existente suplieron con creces mi mala sensación deportiva.
Es posible que un nuevo kayak me ayude a subir la moral...
Imagen de Quedayak.