jueves, 28 de septiembre de 2006

Mi primer descenso en kayak

AVENTURAS DE NOVATOS I:

Mi primer descenso en kayak de aguas bravas fue en el Río Tambre, en el año 1995, y aunque habíamos realizado pruebas en el allones meses atrás, no se pueden considerar como tal.
Localizamos el tramo del río mediante un simple mapa de carreteras y viendo donde nos seria mas fácil embarcar y desembarcar, pero sin saber muy bien lo que nos íbamos a encontrar. Dejamos un coche en portomuro para el final del viaje y nos dirigimos al inicio. Al poco de comenzar el descenso, uno o dos kilómetros, salio a la vista el primer de nuestros errores, falta de un reconocimiento previo, pues una presa artificial apareció ante nosotros. El porteo era evidente incluso para unos inconscientes como nosotros, la cuestión estaba ahora en elegir la orilla adecuada para portear. Este fue el segundo de nuestros errores, conocer vías de escape, pues elegimos la orilla derecha que resulto ser la mas frondosa, osea una autentica selva a la gallega. Ya era demasiado tarde para volver atrás, así que proseguimos teniendo que usar en ocasiones nuestros kayaks como puentes para librarnos de los tojos y demás. Llegar al agua despues de casi una hora imitando a De la cuadra Salcedo, fue todo un baño terapéutico en el nos íbamos quitando poco a poco los pinchos que asomaban por nuestro neopreno.



Cualquier simple rápido era una gran emoción.

Después de relajarnos un poco empezamos el descenso que resulto ser fácil si lo pienso a día de hoy, pero echando la vista atrás, en aquel momento era un autentico reto para unos novatos que no sabían ni esquimotear. Entablamos una poco digna competición que consistía en caerse menos veces que el compañero, cada caída significaba salir a vaciar el kayak, que por aquel entonces no tenían tapón de achique y el esfuerzo era mayúsculo. Cada vaciado suponía tambien un retraso en descenso, que unido al tiempo perdido con el porteo de la presa, nos hizo temer por no llegar con luz del día. Después de recorrer un largo y aburrido remanso escuchamos un fuerte ruido de rápidos que no parecía ser comparable a los anteriores, al aproximarnos vimos un largo rápido de clase IV que intimida al más osado, el salto de la cabra. Después de analizar el rápido y como el caudal de la época era bajo, no dudamos en intentarlo. Fue mi primer clase IV, aunque me hubiera gustado pasarlo sobre la piragua. Lo cierto es que al igual que mis compañeros acabamos en el agua, nos llevamos unas pocas culadas y hubo que nadar un rato para recuperar el material pero no entraño mas peligro. Puestos en marcha de nuevo nos dimos cuenta que nuestros temores sobre la caída de la noche empezaban a cumplirse, cada caída antes divertida ahora era desesperante por la angustia por llegar con luz. No sabíamos lo que nos quedaba y no había rastro de civilización por ningún lado, en cada curva de rio esperamos ver el puente de la carretera, pero no aparecía por ningún lado. Ya con cierta penumbra divisamos los cables eléctricos que cruzaban el río y que nos dio algo de esperanza, al rato vimos el puente y el pueblo de Portomouro y con gran alivio nos dispusimos a desembarcar. Error 3, en invierno desciende por la mañana.
A pesar de todo aquel día me enamore del río y días siguientes disfrutamos mas de este tramo sobre todo por no cometer los errores anteriores.



Video: Novatos en el Tambre.